CANTO A INANNA
Inanna, la diosa sumeria de la fertilidad, el amor y la guerra, ha sido objeto de inspiración y devoción a lo largo de los siglos. Su figura trasciende el tiempo y el espacio, cautivando a generaciones enteras con su poder y carisma. En esta ocasión, deseo entonar un canto subjetivo a Inanna, una oda personal a su majestuosidad y su influencia en la vida humana.
El "Canto a Inanna" es valorado por su poesía y su representación de una deidad poderosa y compleja. En el poema, se resaltan las diferentes facetas de Inanna, como la diosa del amor, la guerra y la fertilidad, y su capacidad para influir en los destinos de la humanidad.
Me trajo al nacimiento
Me colocó en un Arca, hizo trabar mi puerta.
Me confió al río, que no me hundió.
El río me trajo hasta aquí, el labrador,
Quien me condujo a ser su hijo…
Durante mi jardinería,
La Diosa Ishtar, me amó, y durante
Cincuenta y cuatro años
Mío fue el reinado
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