Mientras que las hormigas trabajaban duro durante el verano, la cigarra se dedicaba a cantar y echarse siestas. Una vez llegado el invierno, la cigarra no encuentra donde refugiarse y le pide auxilio a las hormigas, y estas la echan en cara que mientras ellas preparaban la llegada del invierno, ella cantaba, bailaba y perdía su tiempo. La moraleja de este cuento es que hay que trabajar por lo que queremos y no perder el tiempo haciendo cosas que no nos sirven de nada.
Esopo realza la importancia del trabajo.
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